Me entero, por una lista de mails de la facultad, que Susana Reinoso de La Nación hizo una nota donde da cuenta de la regulación del negocio de las fotocopias en la Universidad de Buenos Aires. Tengo años de cursada en la UBA y siempre me preguntá cuanta presión de las asociaciones editoriales estaba soportando la Universidad, teniendo en cuenta la plata que se pierden ahí (estrictamente la que dejan de ganar) los autores y casas editoras.
Pero nada es tan simple, en general estudiamos con varios autores (el último final que di incluía 40 textos diferentes) y sólo algunas unidades de los libros. Calcular el costo de invertir en esa cantidad de textos asusta, y eso que no lo digo especialmente por mi, y da una idea de la cantidad de gente que podría quedar fuera de la cursada. Yo invierto en apuntes alrededor de 100 pesos por materia por cuatrimestre, todo en fotocopias subvencionadas ya que son más baratas que en el mercado. Cada tanto se escucha en los pasillos que ir a la UBA no es gratis, que los apuntes dejan afuera a mucha gente. Me pregunto, y eso que entiendo a los autores, qué pasara de ahora en más.
Esta tensión incluye otra: Muchos de los autores que forman parte de Centro de Administración de Derechos Reprográficos (CADRA) que firmó el acuerdo con la UBA son docentes de la UBA (la redundancia es a propósito). Varios autores, he estado en sus clases, comentan que tienen un libro nuevo que está en el programa y que si podemos lo compremos, pero a la vez reconocen que las fotocopias son la única manera de llegar al 100% de los alumnos.
El acuerdo en concreto según la nota:
El convenio establece que la UBA pagará a Cadra -que reúne a escritores y editores- $ 12,72 anuales por cada alumno de sus 300.000 inscriptos. Y, a su vez, los centros de estudiantes con personería jurídica que tengan máquinas fotocopiadoras pagarán también una licencia anual otorgada por Cadra, única entidad que en el país representa además los derechos de reproducción de obras de más de 20 países. El monto es de $ 1700 anuales por fotocopiadora.
Del convenio en adelante se fija un límite a las fotocopias. Sólo podrá reproducirse hasta el 20% de un libro, o un capítulo completo. Y en el caso de las revistas, un artículo completo con fines educativos.
No obstante, el acuerdo sellado por cuatro años con la UBA contempla que -dada la situación presupuestaria y financiera de la casa de estudios- el pago por alumno sea una suma simbólica, que la Universidad ya comenzó a pagar en mensualidades, y que alcanza los $ 300.000 por año. Para Cadra, representa un punto de partida que consolidará otros acuerdos.
Algunas preguntas para cerrar:
¿Habrá que cambiar los programas para acomodarse a este acuerdo?
¿Qué sucede con los textos que no están editados en la Argentina y su peso se multiplica en euros?
¿Se cumplirá el acuerdo?
La foto es de Fernando Massobrio de La Nación
Update: En Sin Adjetivar dan otro enfoque sobre el tema.