Otra vez una nota del NYT, titulada “Recesión, revolución y un Times más liviano” habla abiertamente sobre cómo se fueron ajustando distintos gastos (desde despidos hasta evitar algunos tipos de servicios) para intentar mantener el balance contable relativamente en orden.
En la nota que recomiendo leer en su totalidad (tiene muchos detalles interesantes), Bill Keller,editor Ejecutivo del diario, dice que la respuesta sobre si cobrarán por contenido online o no será dada en cuestión de semanas. Él pone en la balanza lo que dicta el (mi) sentido común: aún no se sabe si esos micropagos pueden ganarle en cash a los ingresos por publicidad que puede generar ese mismo contenido abierto.
Además de escuchar, y publicar, las quejas de los lectores por los despidos en la redacción el editor Clark Hoyt explica que en su momento las cabezas de NYT preferían tener un staff que estuviera leyendo libros y jugando a las cartas en la redacción ya que esto le permitiría tener la suficiente cantidad de periodistas para cubrir “el hundimiento del Titanic” luego de decir que eso quedó atrás hace mucho el artículo aclara que esto no tiene con ver con nuevos tiempos vs. viejos tiempos: es posible que algunos blogs del NYT dejen de publicarse si no pueden justificar su presencia en el sitio.
El contundente párrafo del que hablo más arriba dice:
La era de jugar a las cartas y leer a Dostoyevsky mientras se espera por el gran artículo desapareció hace mucho tiempo. Hoy el Times es una operación que trabaja las 24 horas produciendo un diario impreso y un sitio que crece muy rápido todo esto mientras se cortan empleos y costos para enfrentar una profunda recesión y una revolución que está transformando el negocio de brindar noticias.
Vía marturua